Digamos que estás listo para irte a Gamboa a enseñar tu idioma español – no porque quieras escuchar a las multitudes de Gamboa hablar tu idioma. ¡Claro que no! es porque quieres escucharlos, orando a Jesús.
La enseñanza del lenguaje español/inglés, mantenimiento de libros, cirugía, traducción, cuidado de hijos de misioneros; todas son herramientas que nos ayudan a actualizar nuestra visión, pero no son por sí mismas la visión.
Debes crear oportunidades frecuentes parar orar junto a tus amigos. Orarán por el apoyo económico que te falta, por energía para empacar, para que tus hijos se adapten bien y por gracia para decir adiós a tanta gente, pero sobre todo. Ellos podrán escuchar la pasión de tu voz cuando ruegas a Dios para que los pobladores de Gamboa se conviertan en discípulos de Jesucristo.
Movilizarás a que otros sean intercesores de una manera mucho más efectiva, si dejas que tus amigos escuchen la forma emotiva con la que oras y la razón primordial por la que vas. Después que te vayas, Dios les hará recordar tu vida y ellos orarán instintivamente por las cosas que te oyeron pedir cuando oraban juntos.
La misma dinámica se aplica a las cartas de oración. Considera estas sugerencias:
·Antes que empieces a escribir, ora para que Dios use esa carta para movilizar a una oración efectiva. Luego escribe con fe creyendo que Dios así lo hará.
·Cada vez que envíes una carta de oración, redacta con palabras frescas que muestren la visión que estás cumpliendo. Tus guerreros de oración necesitan orar con fe y esperanza. Ayúdalos a que saboreen las victorias.
·Cuenta historias o hechos relacionados a la visión: Pequeños o grandes indicios que demuestren lo que se está logrando (motivos para agradecer), los más grandes obstáculos o retrasos en la tarea (motivos para interceder), necesidades personales o situaciones que atenten a que completes la visión (más razones para interceder).
· Dar algunas noticias de la familia son importantes ya que ayudan a la gente a relacionarse contigo de manera personal. Pero la visión es lo más importante. (Necesitas que tus apoyantes oren, no que sonrían y digan “¡Son tan lindos!”. Reserva la mayoría de cosas familiares para tus parientes y amigos cercanos).
· Ahora lee la carta. ¿Es absolutamente claro el por qué estás ahí?
· Léela de nuevo. ¿Qué pedidos de oración se elevarán hacia Dios basado en lo que has escrito en la carta? Si Dios tuviera que responder estas peticiones, ¿Se completaría la visión para la que fuiste? Si no es así, completa la carta con los motivos que falten.
· Ora nuevamente cuando envíes la carta.
Por Carol Wilson
Fuente: Revista Vamos
www. misionessim.org