C O M O V E J E S Ú S A L A S M U L T I T U D E S A C T U A L E S El profeta Isaías dice que “la mano del Señor no se ha acortado para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Isaías 59. 1). Nos preguntamos: ¿Qué pasará con sus ojos? ¿Se habrán nublado de tal modo que no pueda ver como están las multitudes de nuestro tiempo? Sabemos que “Jesucristo es el mismo, ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13. 8). Y que Él no ha cambiado ni su carácter ni su compasión (Malaquías 3. 6). El salmista nos asegura que “sus ojos ven y sus párpados examinan a los hijos de los hombres” (Salmo 11. 4). Entonces ¿qué pensará y que sentirá al observar el estado y la condición espiritual en que se encuentran las numerosas comunidades de nuestro tiempo que se debaten en la violencia, la idolatría y la esclavitud del pecado? Seguramente que tal como se lo dijo a Pablo cuando lo llamó para que formara parte de su Reino y le anticipó el ministerio misionero que quería que cumpliera (Hechos 26. 16-18), el sigue viendo a los seres humanos “enceguecidos” y engañados por el dios de este siglo. Los ve como incapaces de conocer al Dios verdadero, de reconocer su culpabilidad y menos aun de ver la necesidad de confiar en Cristo como su Salvador. Sin duda que los ve descendiendo a la eternidad por el “camino ancho” y equivocado, y anhela que “se conviertan de las tinieblas a la luz”. Las ve esclavizadas por Satanás y desea que sean libertadas por el poder del evangelio. Las ve cargando con el peso de la culpabilidad, y puesto que Él murió por los pecados de todos para que puedan ser perdonados, anhela que se les comunique esa buena noticia. Sí, las ve desheredadas de la vida eterna y quiere compartir con ellas su maravillosa herencia. Él sigue viendo la dura realidad de miles de pueblos, etnias y tribus que suman millones, viven sin esperanza y desconocen el remedio y la solución que Dios ha provisto para sus males. Las desviaciones y las profundidades del mal a las cuales conduce el pecado son imposibles de medir y aun describir. Los misioneros cuentan de: + Muchos budistas que viven con un miedo contínuo a sus ancestros . . . + Millares de hindúes esclavos del temor a sus dioses , procuran aplacar sus sus enojos con cantos, rituales y sacrificios . . . + Otros rinden adoración a los animales sagrados . . . + En casi todas sus religiones domina y prevalece el temor a la muerte . . . + Oran y claman a dioses de madera y de piedra que no oyen y por lo tanto no contestan sus plegarias . . . + Algunos se cortan las carnes y caminan por el fuego para ganar la simpatía de los m malos espíritus, a fin de que no los atormenten . . . + En muchos pueblos, cuando nacen mellizos o gemelos uno de ellos debe morir . . . + En las costas occidentales del África criaturas son dejadas en la playa para que cuando suba la la marea, las lleve como ofrenda a los dioses del mar . . . Es interminable la lista de prácticas basadas en los prejuicios, la ignorancia y las insinuaciones de los espíritus malignos. ¡La condición moral, espiritual y física de miles de pueblos inalcanzados es indescriptible! El Señor los está observando desde el cielo con la misma compasión y dolor que sentía cuando estaba aquí en la tierra. La pregunta que debemos hacernos es ésta: El cuerpo de Cristo, que es la iglesia ¿siente el mismo dolor y preocupación que siente la Cabeza? ¿Cuántas iglesias conocen la desesperante condición de estas miles de comunidades inalcanzadas y están haciendo algo para llegar hasta ellas con el remedio infalible del evangelio de Cristo? El Salvador desea canalizar su amor y compasión a través de su cuerpo, la iglesia. ¿Qué siente el lector, como discípulo de Cristo, al pensar y meditar en este cuadro de la humanidad necesitada que suma multitudes? Autor: Andres Robert Sumate a la obra misionera – Click Aquí Becas para candidatos a misioneros – Click Aqui Libros de Andres Robert – Click Aqui Taller conciencia misionera – Click Aqui Implementar Plan de Crecimiento y Misiones en su iglesia – Click Aqui
Articulos
Articulos sobre Misiones en general.
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L O S D I S C Í P U L O S Y L A S M U L T I T U D E S
Pero la actitud de los discípulos de Jesús frente a este desafío, tal como se ve en los evangelios presenta un vivo contraste con la de su Maestro y queda bien reflejada en el siguiente episodio.
El más grande milagro que Jesús realizó, fue indudablemente aquel en el cual, usando los cinco panes y dos peces alimentó a 5000 hombres, más las mujeres y los niños que los acompañaban (Mateo 14. 14-21). Este es el único milagro que está registrado en los cuatro evangelios, dato que destaca la importancia que tenía para Dios, y que debiera tenerla también para nosotros. Muchos misioneros tienen razón cuando usan este relato para ilustrar la evangelización del mundo. Probablemente esa fue una de las razones por la cual se repite cuatro veces, puesto que distribuir el Pan de Vida a las multitudes hambrientas del mundo es la verdadera misión de la Iglesia y la actividad y la meta de todo misionero genuino.
Sin embargo, la narración también deja ver que los discípulos, a esta altura de su ministerio, tenían opiniones y sentimientos muy distintos sobre lo que se debía hacer con la gran cantidad de gente allí reunida. Se advierte una clara diferencia entre el sentir de Jesús que “tuvo compasión de ellos” y el de los discípulos que intentaron desentenderse de la situación. El relato deja traslucir que ellos sentían que podían intentar un procedimiento diferente. Observemos algunos detalles:
+ “Anochecía” – fuerte tentación para regresar pronto a casa . . .
+ “el lugar es desierto” – no hay recursos a mano . . .
+ “la hora ya avanzada” – ya hemos cumplido el horario de trabajo . . .
+ “despide la multitud” – algo así como “Señor tengamos una oración para
terminar, y concluyamos la tarea de este día” . . .
+ “que vayan por las aldeas y compren de comer” – que se arreglen como
puedan . . . (una de las pocas ocasiones en que los discípulos intentaron
enseñarle a Jesús lo que tenía que hacer).
ípulos y estos lo entregaron a cada uno de los presentes. Resultado: ¡Lo que parecía imposible fue hecho posible! La multitud comió, se sació y se fue satisfecha.
Jesús tenía clara la visión, los discípulos todavía no. El tenía el deseo y la entrega indispensable para alcanzar las multitudes, pero además quería que sus discípulos participaran de ese mismo sentir. La experiencia de ese día parece mostrar que todavía estaban lejos de experimentarlo. Esta tendencia a esquivar las necesidades de otros, ya sea de individuos, familias, pueblos o grupos humanos, no es nueva. Forma parte intrínseca de la disposición egoísta que todos traemos al mundo por naturaleza, y bajo distintas circunstancias y razones, se expresa de diferentes maneras.
La costumbre de dejar para mañana, o para el año que viene, o para otras personas, lo que debiera hacerse hoy, es muy humana, pero lamentablemente – en relación con la evangelización del mundo – ha sido y es sin duda causante de injustificables demoras por la cual muchos que deberían haber oído las buenas noticias de la salvación, han pasado por este mundo sin haberlas escuchado jamás.
Autor: Andres Robert
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Movilizacion misionera , EL DESCONOCIMIENTO DE LAS MULTITUDES
Movilizacion misionera , EL DESCONOCIMIENTO DE LAS MULTITUDES
“. . . LA MIES ES MUCHA . . .”
Jesús.
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión
de ellas . . .”
Jesús.
“Tener el conocimiento de Cristo nos impone
el deber ineludible de compartir ese co-
nocimiento con todos los hombres sin demo-
ra. Retenerlo es un crimen de infinita mag-
nitud contra esa gran porción de la raza hu-
mana que todavía está en la obscuridad”
J. O. Sanders.
“La ignorancia es clásica enemiga del cono-
cimiento, porque lo que no se sabe, no
existe”
Clarín 27/11/88.
Jesús, como el misionero N° 1, vino a este mundo a “buscar y a salvar lo que se había perdido” y para cumplir con esa misión, entre otras muchas cosas que hizo, debió enfrentarse con las multitudes necesitadas. Después de haber vivido sus primeros treinta años de preparación, después de bautizarse y recibir la unción del Espíritu Santo, habiendo vencido a su fiero enemigo y tentador en el desierto, decididamente comenzó a predicar el evangelio e invitar a sus contemporáneos a entrar “en el reino de Dios”.
Mateo relata que recorría toda la provincia de Galilea y estaba en contacto con “mucha gente” que provenía de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. El Sermón del Monte – Mateo 5 – 7 – fue pronunciado “viendo la multitud”, y en una de las citas que encabeza este capítulo, lo encontramos nuevamente con “la visión” de la multitud de seres humanos que lo rodeaban.
J E S Ú S Y L A S M U L T I T U D E S.
¿Qué sentía Jesús al contemplar las multitudes de su tiempo? Él podía apreciar sus profundas necesidades, y la compasión brotaba de su corazón. No se equivocaba al considerar las condiciones materiales y espirituales en que se encontraban. Las veía “desamparadas y dispersas (“cansadas y abatidas” – traduce otra versión) como ovejas que no tienen pastor”. En otras palabras, a punto de ser devoradas por los lobos de la maldad y el error. Esta descripción parece un eco de lo que Dios expresa en Proverbios 24. 11 donde dice “libra a los que son llevados a la muerte . . . salva a los que están en peligro de muerte”. Detrás de esta expresión se ha imaginado que estos que son llevados a la muerte podrían ser comparados con los animales que en un matadero van en fila por un estrecho pasillo al final del cual los espera un afilado cuchillo, y en un instante más, la muerte . . . ¡Mueren “sin sospechar” que iban a morir! A semejanza de esos animales que ignoran por completo el destino que les espera hay multitudes de hombres y mujeres hoy que se dirigen lentamente a la eternidad totalmente inconscientes de que les espera la muerte y perdición eterna. ¿Podría ser este cuadro más dramático, más triste y más doloroso?
Autor: Andres Robert
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Movilizacion misionera, LA PROBLEMÁTICA MISIONERA EN LA IGLESIA LOCAL
Movilizacion misionera, LA PROBLEMÁTICA MISIONERA EN LA IGLESIA LOCAL
La problemática de Misiones, mínima, básica y fundamental en lo que tiene que ver con la iglesia local, no es muy compleja ni difícil de entender. La porción bíblica que sigue a continuación ofrece un cuadro, una definición y una síntesis casi perfecta:
“. . . Al ver las MULTITUDES, tuvo compasión
de ellas . . . Entonces dijo a sus discípulos . . .
Rogad al Señor de la mies que envíe OBREROS
. . . Llamando a sus doce discípulos les dio auto-
ridad . . . A estos doce ENVIÓ Jesús . . . El obre-
ro es digno de su ALIMENTO (salario – Lucas 10. 7)
(Mateo 9. 36 – 10.10).
Lea de nuevo las palabras destacadas en mayúsculas. ¿Cuáles son los elementos que se observan en este cuadro de la realidad misionera del tiempo de Cristo, y que siguen estando presentes en nuestro día?
+ La existencia de MULTITUDES, hambrientas de amor, compasión,
atención, ayuda, e ignorantes de la salvación . . .
+ La necesidad de OBREROS suficientes para suplir las necesidades
de miles de pueblos y etnias inalcanzadas . . .
+ Alguien . . . iglesias, agencias, instituciones, que bajo la dirección
divina puedan capacitar y ENVIAR a los misioneros a cumplir su
misión . . .
+ La provisión de los RECURSOS que los obreros enviados necesitan
para vivir y servir en los campos misioneros . . .
Actualmente, habiéndose concluído los que sin duda han sido los dos siglos en que más se ha intensificado el accionar misionero, este esquema de necesidad permanece intacto y sin modificaciones. Dondequiera que vamos promocionando misiones, ya sea en iglesias locales, concentraciones, congresos, etc. estos cuatro rubros aparecen permanentes e inalterables.
Precisamos una nueva aplicación del “colirio celestial” para ver las multitudes tal como Jesús las ve. Es urgente la convocación de miles de obreros. Es preciso que las iglesias asuman y cumplan la función de formar y enviar hombres y mujeres capacitados a los campos blancos. Es mas que necesario descubrir, señalar y reconocer dónde están los abundantes recursos provistos por Dios, destinados para sostener con dignidad y seriedad a los que van a completar la evangelización mundial.
Seguramente hay otros aspectos que se deben afrontar, pero los que acabamos de citar son el A, B, y C de la empresa. Afectan dinámicamente a las iglesias, a cada creyente individual, a los misioneros, y por sobre todo a los miles de seres humanos que perecerán si no les damos a conocer la verdad del evangelio que nos ha sido confiada.
Está al alcance de nosotros como pueblo de Dios encarar y modificar estos cuatro elementos que acabamos de nombrar, y si muchas iglesias lo hacen, un cambio notorio se producirá, y no estaremos haciendo otra cosa que obedeciendo las órdenes de Aquel que nos dijo:
“Id . . . haced discípulos . . . ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO”.
En los próximos capítulos nos proponemos pensar juntos sobre estos cuatro temas que consideramos son claves para el cumplimiento de nuestra misión.
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La Urgente Misión de la Iglesia.
Cuando Cristo dijo que “los campos ya están blancos para la siega”, hablaba de que “el campo es el mundo”. Algunos argumentan que la Gran Comisión fue solo para los discípulos de Cristo y no para hoy. Pero la Iglesia como depositaria del evangelio, tiene un serio deber que cumplir. Los que niegan este deber, con su falta de obediencia a su claro mandato, niegan a su Señor.
Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones…” (Mateo 28:19).
Las circunstancias, los consejos de hermanos y un sentimiento de paz son formas de conocer la voluntad de Dios para nosotros. Pero nuestra búsqueda de la voluntad de Dios, ¿comienza realmente en el lugar correcto? ¿Podemos, legítimamente, considerar primero nuestros propios deseos, circunstancias y necesidades, y luego procurar la dirección de Dios?
La vida de Cristo nos sugiere que debemos invertir el orden de nuestra búsqueda. Él dijo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió…” (Juan 4:34). Cristo comenzó por comprender la voluntad de Dios, sus deseos y propósitos. Luego ajustó su vida y sus acciones en conformidad con esa voluntad.
¿Cómo conoció el Señor Jesús la voluntad del Padre? Estaba íntimamente empapado con las Escrituras. A menudo expresaba: “Como está escrito…”. Conocía perfectamente el propósito de Dios tal como estaba en la Palabra. Cristo comprendió que su papel particular consistía en el cumplimiento de esa Palabra y, a través de la oración, se comprometió a la obediencia: “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Cristo no eligió según sus propios deseos, ni permitió ser influido por circunstancias o expectativas de otros. Él permaneció obediente aun cuando fue tentado por Satanás a tomar una ruta corta hacia el gobierno del mundo. Y eligió la obediencia inclusive cuando esta significó el sufrimiento y una muerte cruel en la cruz.
Cristo, la Gran Comisión y su Iglesia:
Si observamos a la Iglesia primitiva, vemos con claridad que Cristo intentó durante todo el tiempo que sus discípulos fueran los líderes de la primera comunidad de creyentes que habría de reunirse en su nombre. Nos parece extraño que sus instrucciones finales no tengan ninguna relación con los asuntos del gobierno de la Iglesia, ni con el tipo de edificios que debían ser erigidos o el orden de los servicios, sino que Él habla acerca de ir y hacer discípulos a todas las naciones.
Si reconocemos que Él establece su Iglesia y que esta debe ser el agente de Dios para la continuación del cumplimiento de su propósito en el mundo, entonces podremos ver que las palabras últimas de Cristo de “ir y hacer discípulos” fueron muy oportunas.
Cristo no ignoraba el hecho de que estos hombres pronto iban a necesitar información adicional sobre el funcionamiento de la Iglesia. Él había prometido darles el Espíritu Santo, el cual había de guiarlos a toda la verdad. Igualmente valioso fue el entrenamiento que les dio durante el curso de los tres años de su ministerio terrenal. Les había demostrado el principio más importante del liderazgo: el servicio, y les había dado su nuevo mandamiento de “amarse los unos a los otros”, como la base de toda relación personal. El amor debía ser el vínculo por medio del cual la Iglesia de Cristo se ligaría.
Mientras Él los entrenaba, a la vez ampliaba la visión de los discípulos, de tal manera que estos iban comprendiendo el propósito para el cual la Iglesia existía. Jesús les dio una perspectiva hacia todas las naciones. Los desafió a que miraran los campos “porque ya están blancos para la siega” y les dio a conocer en términos ciertos que “el campo es el mundo”. Al entrenarlos para trabajar con amor, se aseguraba que la Iglesia entendiera la base sobre la cual debía funcionar internamente Al darles una perspectiva hacia todas las naciones, se aseguraba que la iglesia comprendiera su propósito en el mundo.
La iglesia y su deber:
Siempre ha habido gente que argumenta que la Gran Comisión únicamente se aplicó a los discípulos de Cristo y que la iglesia no tiene que identificarse con esa perspectiva. Pero esta posición está directamente en contra de la voluntad de Dios revelada a su pueblo. Como depositaria del evangelio, la Iglesia tiene un serio deber que cumplir. Los que niegan este deber, con su falta de obediencia a su claro mandato, niegan a su Señor.
En los últimos versículos de Mateo 24 y en el capítulo 25, las enseñanzas de Cristo se relacionan con su segunda venida y con lo que harán, mientras lo esperan, aquellos que le profesan fidelidad. A los que reconocen a Cristo y su soberanía se les ha confiado la preciosa posesión del evangelio. Además, Cristo siempre ha otorgado dones a sus discípulos, para que funcionen en conjunto a fin de glorificarle y edificar su Iglesia. Es esta Iglesia, en sus muchas y variadas expresiones, la que debe llevar a cabo el gran trabajo de la evangelización del mundo.
Responsabilidades y privilegios de la Iglesia:
El libro de los Hechos describe el papel de la Iglesia en la evangelización del mundo entonces conocido. Testimonio dinámico, persecución y equipos misioneros fueron elementos usados por Dios para desarrollar esta labor. Aunque Pablo fue llamado de una forma única y preparado como apóstol, tan solo debido a su obediencia a la voluntad de Cristo se manifestó en su ministerio efectivo. Mucho crédito merecen también los que se unieron a él para los esfuerzos específicos de su misión.
La fundación de comunidades de creyentes que continúen viviendo sus vidas en “koinonía”, es la meta de la evangelización. Como un organismo vivo, cada iglesia crece y se reproduce a sí misma mediante el testimonio, el establecimiento de iglesias hijas y el envío de equipos misioneros. Cada iglesia tiene el deber sagrado de cumplir su parte, en cuanto a la Gran Comisión del Señor, según los dones y la habilidad que Él le haya concedido.
Fuente: “Misión mundial”, por Jonatán P. Lewis.
Ramadán-Mes de ayuno y oración en el mundo musulmán.
Ramadán es un festival musulmán de un mes de duración que consiste en ayuno y oración en honor al mes según el cual la tradición islámica establece que Alá (Dios) le dio el Corán (libro sagrado musulmán) al profeta Mahoma. El ayuno durante Ramadán, llamado sawm, es también uno de los cinco pilares de la fe islámica, lo cual hace que sea más que un festival o una conmemoración. Es una obligación religiosa para todos los musulmanes.
Durante Ramadán, los musulmanes observan un intenso régimen de ayuno y oración para alcanzar la purificación espiritual a través de la auto-negación. Todos los días durante este mes, los musulmanes deben abstenerse de todo alimento y agua desde el amanecer hasta el atardecer y ofrecer cinco oraciones a Alá en ciertas horas establecidas.
Calendario del Ramadán:
Ramadán se celebra en el noveno mes del calendario islámico. El calendario islámico está basado en la progresión de la luna. Por lo tanto, Ramadán (el nombre del mes, así como del festival) comienza con una luna nueva y dura 30 días hasta la siguiente luna nueva. Musulmanes de todo el mundo dependen de su imán local (líder religioso musulmán) para que les diga cuándo ocurrirá esto. Por tal motivo, el Ramadán puede ocurrir algunas veces en épocas y lugares un poco diferentes alrededor del mundo.
Ayuno:
La palabra árabe para ayuno es traducida literalmente como “abstención”. Para los musulmanes, especialmente en Ramadán, el ayuno no es sólo abstenerse de comer o beber, sino también abstenerse de todo lo que pueda distraer su devoción a Alá.
Todo el cuerpo, no sólo el estómago, está involucrado en el ayuno. La persona que ayuna debe evitar todos los placeres terrenales como señal de sumisión a Alá. Los musulmanes creen que al abstenerse este mes de los placeres terrenales, como la comida y el sexo, estarán en mejores condiciones para abstenerse de pecados y vicios el resto del año.
El ayuno es también un acto de obediencia a Alá y de expiación por los pecados. Es parte del culto musulmán para reprimir los deseos terrenales y aumentar la devoción espiritual.
Durante el mes de Ramadán, sólo se permite comer cuando el sol se oculta. En cumplimiento de esto, los musulmanes se levantan antes del amanecer y comen una gran ración, llamada suhoor, antes de ofrecer su oración matutina.
Justo después de la puesta del sol, se rompe el ayuno. La alimentación recomendada para romper el ayuno es dátiles. Una comida completa sólo se ingiere hasta después de la oración nocturna.
Iftar es la gran cena. A los musulmanes se les anima a reunirse y celebrar juntos el iftar.
Oración:
Todos los musulmanes están obligados a ofrecer cinco oraciones especiales cada día del Ramadán:
Faŷr significa “amanecer” en árabe y se ofrece a la salida del sol.
Dhuhr significa “mediodía” en árabe, y se presenta poco después de mediodía.
Asr significa “noche” en árabe y se ofrece al final de la tarde.
Magreb significa “atardecer” en árabe, y se presenta justo después de romper el ayuno de Ramadán, pero antes de comer el iftar.
Isha significa “anochecer” en árabe y se ofrece después de la cena del iftar, que generalmente se ofrece en la mezquita (casa de culto musulmán).
Tarawih es una oración especial voluntaria ofrecida congregacionalmente en la mezquita después de la isha y en la cual se recitan segmentos del Corán.
La lectura del Corán:
En reconocimiento de Ramadán como el mes en el cual el Corán fue dado a Mahoma, a los musulmanes se les anima a leer todo el Corán durante el transcurso del mes. Durante las oraciones tarawih de cada noche en la mezquita, se recita una sección entera del Corán, de manera que al final del mes, la congregación ha leído todo el Corán.
Ofrendas de caridad:
Se anima también a los musulmanes a dedicar este mes a las ofrendas caritativas. Se trata de un mes centrado en dar y, como tal, se preparan comidas especiales y se comparten y se dan regalos. Sin embargo, la principal atención se centra en dar a los pobres.
La zakat es otro de los cinco pilares del islam y por lo general se da durante el Ramadán. La zakat es una contribución monetaria dada a los pobres. Cada musulmán que financieramente esté en la capacidad de hacerlo, debe dar por lo menos 2,5 por ciento de sus ingresos anuales a lazakat, pero también se incentivan las ofrendas adicionales de caridad, especialmente durante el mes de Ramadán. Muchos musulmanes ahorran todo el año para dar sus ofrendas de caridad en este auspicioso momento. También se les anima a hacer un esfuerzo especial en ayudar a sus vecinos en lo que puedan.
Noche del poder:
La Laylat Al-Qadr, o noche del poder, acaece durante los últimos diez días del Ramadán. El exacto momento de la noche del poder no se conoce. Se dice que el profeta Mahoma se negó a revelar el día exacto de la Laylat Al-Qadr porque él dijo que es importante rezar cada noche, no sólo ésta. LaLaylat Al-Qadr es considerada la noche más santa del año. Se conmemora la revelación de los primeros versículos del Corán al profeta Mahoma. Se cree que si un musulmán pasa esta noche en oración y adoración, todos sus pecados del pasado serán perdonados. Como el día no se conoce, los musulmanes suelen elegir una noche entre estas diez, para pasarla en oración, con la esperanza de que adivinaron correctamente la noche y que sus pecados serán perdonados.
Eid ul-Fitr:
El Eid ul-Fitr, el festival de romper el ayuno, marca el final del Ramadán y el inicio de Shawwal, el décimo mes en el calendario lunar islámico. El comienzo del Eid-ul-Fitr es determinado por la observación de la luna nueva. La noche en la que se puede ver la luna nueva se llama la noche de la luna y la celebración del Eid comenzará el día siguiente por la mañana. Los musulmanes generalmente comienzan el día Eid con la oración Faŷr. Después de la oración antes del amanecer, un musulmán comerá algo pequeño que significa la culminación del Ramadán.
Eid es la época para usar ropa nueva, dar zakat u ofrendas de caridad, asistir a las oraciones congregacionales del Eid, y para compartir comidas y celebrar con familiares y amigos. Los niños suelen ofrecer sus bendiciones a los mayores y reciben dinero y regalos a cambio. Algunos musulmanes dedican parte de su día en el dargah (cementerio) para intercesión en nombre de los miembros de la familia que han fallecido. Las celebraciones del Eid-ul-Fitr pueden durar hasta tres días. Algunos musulmanes eligen ayunar por un período adicional de seis días durante el mes siguiente al Ramadán. Según un Hadiz (libro de dichos del profeta Mahoma), el ayuno durante el Ramadán, así como los seis días de ayuno después del Eid es equivalente a ayunar por todo el año.
Oremos para que cuando los musulmanes rompen su ayuno, Dios los llene de sed y hambre del Pan de Vida.
Fuente: www.imb.org
Primero y solo Jerusalén.
“Pero recibirán poder, cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Hechos 1:8
Es muy común escuchar a los pastores decir: “¿por qué quieres ir a otro país para evangelizar si acá en nuestro país hay tanta necesidad de Cristo?” Esto sucede porque el pastor ha creído que su rol es la iglesia local y alcanzar a su comunidad, pero no mira más allá de su radio local de acción.
También hay misiones al interior del mismo país. Pero luego hay que dar una mirada global a las misiones.
Los pastores están entendiendo que la obra de evangelización es una obra simultánea que se da tanto en el ámbito local, como más allá de nuestras fronteras. Hay algunos pastores que están tomando este lineamiento, pero no son muchos.
Otra situación común es que digan: “primero voy a empezar por alcanzar a aquellos que viven en las ciudades al interior de mi país y de allí veremos si podemos ir a otro lugar”.
Por eso, hay que sentar las bases bíblicas del plan de Dios para su iglesia local y que el pastor entienda que la tarea de la Gran Comisión, es el eje principal de la iglesia más que cualquier otro de los ministerios y de cualquier área que la iglesia desarrolla, allí está la clave para que la iglesia tenga un mover local y mas allá de sus fronteras.
Hay que hacer un trabajo más trascendente. Lo que sucede es que la mayoría de pastores hacen una división entre la evangelización y las misiones. Hacen un corte y dicen que evangelismo es una responsabilidad de la iglesia y que misiones es una tarea alternativa. Una opción de la iglesia, si tiene la capacidad de personas o económica o de fe, etc. Eso es lo que hay que trabajar y en ese aspecto como organización misionera venimos trabajando. Nuestro enfoque es trabajar con el pastor, su iglesia y con aquellos que Dios ha llamado a Su obra misionera.
Fuente: Pastor y misionero Sergio Galaz, con 32 años de experiencia ministerial y Director Ejecutivo de Provisión de Chile.
Fuente: www.misionessim.org
La Oración: La Columna Vertebral en el Avance Misionero.
¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué Pablo compara al cuerpo humano con la Iglesia, la novia de Cristo?
Porque el cuerpo humano es tan maravilloso en su estructura y función, como lo es la Iglesia.La oración sostiene a la Iglesia aquí en la tierra, como la columna vertebral a todo el peso del cuerpo. La oración protege el propósito del establecimiento de la Iglesia (Juan 17), tal como lo hace la columna vertebral al proteger la médula espinal. Existimos como Iglesia para dar a conocer el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:18-20).
Así como una columna vertebral saludable, cumple el rol de locomoción, permitiendo el desplazamiento y movimiento del cuerpo; de igual modo, la Iglesia cumple fielmente su rol de
ir hasta los confines de la tierra, desplazándose de su comodidad y de su lugar de origen para cumplir fielmente lo encomendado. Una iglesia que cumple fielmente su rol protagónico en el
mundo, es una iglesia saludable .La misión de Dios, no es parte de un esfuerzo de una iglesia local,
es la razón de ser de la Iglesia de Cristo.
Estamos aquí por un propósito sobrenatural, y sólo se sostiene en lo sobrenatural, a través de la oración. (1 Tesalonicenses 5:17, Efesios 6:18, Apocalipsis 5:8).
Latinoamérica es la floreciente fuerza misionera del presente siglo, y está entrando en su papel protagónico acompañada de la globalización y la comunicación sin fronteras.
Esto no tiene por qué ser abrumador para la Iglesia, sino que, nos debe llevar a revisar nuestras motivaciones en el campo misionero. Al orar mostramos dependencia en Dios y es ésta, la oración, la que nos movilizará a la acción. La iglesia local es efectiva y eficaz en su movilización misionera cuando depende y descansa en Dios, y lo muestra a través de la oración de intercesión.
¿Cuántas veces la urgencia, la agenda repleta de actividades, los compromisos, el cansancio físico y otros, nos han alejado de la comunicación maravillosa con Dios? Hoy siendo la Iglesia parte de un mundo globalizado, cuya comunicación se da en tiempo real, es justamente, la oración, la que marcará la diferencia, sacándonos de ser parte de lo natural y estableciéndonos en lo sobrenatural.
Deseamos, que al adentrarnos en cada artículo o entrevista compartida en esta edición, podamos ser motivados y desafiados a cuidar de nuestro tiempo a solas con Dios, de motivar a todo el cuerpo de Cristo a hacer de la oración nuestra prioridad, que nuestros cultos de oración crezcan en cantidad de asistentes que dependan de Dios y juntos en los tiempos de oración podamos ver la gloria de Dios y compartirla con otros en el cumplimiento de la Gran Comisión.
¡Que los pueblos de la tierra conozcan al único Dios Verdadero y a Jesucristo a quien el Padre ha enviado!
(Juan 17:3) ¡Que todos los pueblos lo glorifiquen, que todos los pueblos lo alaben!
(Salmo 67)
Fuente: Revista Vamos
www.misionessim.org
La Supremacía de Dios en las Misiones a Través de la Adoración.
La obra misionera no es la meta final de la iglesia. Lo es la adoración. Las misiones existen porque la adoración no existe. La adoración es absoluta, no así las misiones, porque Dios es la medida final de todas las cosas, no el hombre. Cuando termine ésta era, y los incontables millones de redimidos doblen sus rodillas ante el trono de Dios, las misiones se acabarán. La obra misionera es una necesidad temporal, pero la adoración permanece para siempre.
Por tanto, la adoración es el combustible y la meta de las misiones. Es la meta final de las misiones sencillamente porque por medio de las misiones nosotros simplemente ayudamos a llevar a las naciones al incandescente deleite de la gloria de Dios. El objetivo de las misiones es el gozo de los pueblos en la grandeza de Dios ¡Jehová reina! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las muchas costas!(Salmo 97:1). “¡Alábenle, Dios, los pueblos, todos los pueblos te alaben! Alégrense y gócense las naciones”(Salmo 67:3–4). [¡Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben. Alégrense y canten con júbilo las naciones! (Salmo 67:3–4 NVI).]
La adoración es también el combustible de las misiones. La pasión por Dios en la adoración antecede a la proclamación de Dios por la predicación. No puedes recomendar lo que no aprecias. El misionero nunca exclamará, “Que se gocen las naciones” cuando no puede decirlo de corazón “Yo me regocijaré en Jehová…Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo (Salmo 104:34; 9:2) Las misiones comienzan y terminan con la adoración.
Si a la búsqueda de la gloria de Dios no se le da prioridad sobre la búsqueda del bien del hombre(en los sentimientos del corazón) y sobre las prioridades de la iglesia, el hombre no será bien servido y Dios no será debidamente honrado. No estoy abogando que las misiones mengüen, sino que Dios se magnifique. Cuando la llama de la adoración arde con el calor del verdadero valor de Dios, la luz de las misiones brillará a los pueblos más lejanos de la tierra. ¡Y anhelo que ese día llegue pronto!
Donde la pasión por Dios es débil, el celo por las misiones será débil. Las iglesias que no están centradas en la exaltación de la majestad y la belleza de Dios, escasamente encenderán un deseo ardiente para “proclamar entre las naciones su gloria” (Salmo 96:3). Aun los incrédulos sienten la disparidad entre la audacia de nuestra pretensión sobre las naciones y la tibieza de nuestro compromiso con Dios.
La Persecución continúa para que la iglesia despierte.
Cuando inicia la persecución, despierta la Iglesia.
Hoy nos encontramos en el tiempo de mayor persecución a la Iglesia, cobrando víctimas fatales simultáneamente en diferentes partes del globo.
“Desde China, con la iglesia subterránea, a Nigeria donde musulmanes fundamentalistas sin razones matan cristianos, incendian iglesias y hacen destrozos. En el mundo islámico, está permitido y enseñado por su profeta, matar a cualquiera que no viva al pie de la letra su religión, permitiendo en ese nombre, muchas barbaridades. Toda persona que vive en estos contextos, sufren constantemente acoso, falta de libertad, y hasta la muerte a causa de su fe en Cristo, esta es la situación de los creyentes de esas latitudes, tanto como de los obreros enviados para compartir las Buenas Noticias entre ellos”.
Todo este mover en los países cerrados ha hecho que la Iglesia siga ferviente en la predicación del Evangelio y discipulado.
La persecución es muchas veces el empujón que la Iglesia necesita para salir, al igual que cuando a la primera Iglesia se le ordenó ir a las naciones (Hechos 1:8), pero como sólo se enfocó de manera local, Dios permitió que la persecución viniera para que dejarán las cuatros paredes (Hechos 8.1). La pregunta aquí es, como Iglesia:
¿Estamos obedeciendo el mandato de Dios o estamos esperando a enfrentar el sufrimiento?
Voz de los Mártires.