LOS PRIVILEGIOS DE UN MISIONERO

Efesios 3:7-8 (NVI): 7 De este evangelio llegué a ser servidor. Este fue el regalo que Dios me dio por su gracia, conforme a su poder eficaz. 8 Aunque soy el más insignificante de todos los santos, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo,

Dios quiere que le ayudemos a llevar las buenas nuevas de salvación al mundo perdido. Es un privilegio ser las manos, los pies y la voz de Dios. Jhon Stott escribe:

“No se puede imaginar honor más grande que ser instrumento en las manos de Jesucristo, estar a su disposición para el avance de sus propósitos, estar disponible en todo momento cuando seas requerido para su servicio”

Algunos de los privilegios que tenemos cuando aceptamos el llamado misionero son:

1. SER ESCOGIDO POR DIOS A PESAR DE NUESTRAS DEBILIDADES

Por pura gracia a Dios le plació elegirnos para que hagamos la obra de extender el evangelio hasta lo último de la tierra, a pesar de nuestras imperfecciones y debilidades.

Sólo con Jesús podemos tener la esperanza de superar nuestras limitaciones. Seguirán las tentaciones y las dificultades, pero si ponemos nuestra confianza en EL, nuestras debilidades se convierten en fortalezas

2 Corintios 12:9 (NVI): 9 pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.

Dios nos ha empoderado con el poder de su Espíritu Santo y nos utiliza como un canal de bendición para llevar el mensaje de salvación a lugares nunca imaginados.

Proverbios 25:25 (NVI): 25 Como el agua fresca a la garganta reseca son las buenas noticias desde lejanas tierras.

¡Servir a Dios es tremendamente esperanzador y gratificante! Y es posible para todos los que aceptan su llamado celestial y creen en el poder de Nuestro Señor.

2. SER RICOS CON APARIENCIA DE POBRES

En el ámbito económico, el concepto de riqueza hace referencia al conjunto de bienes que posee una persona, sea natural o jurídica, privada o pública, y, como tal, se calcula mediante la suma total del valor de estos. En este sentido, el concepto de riqueza corresponde a lo que posee una persona en un momento específico.

En nuestro caso, como misioneros puede que no poseamos bienes materiales, pero llevamos con nosotros la riqueza más grande, que hace posible que una persona que estaba condenada a la muerte eterna, pueda experimentar el gozo de ser reconciliado con su Padre y vivir con EL para siempre.

2 Corintios 8:9 (NVI):9 Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

Si Él dio todo por nosotros, ¿cómo podemos darle menos que todo a Él? ¡Y aun cuando hayamos dado todo, lo consideraremos poco por lo que Jesús hizo por nosotros. Como diría el gran Apóstol Pablo:

Filipenses 3:8 (RVR1960): 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

REFLEXIONA:

• ¿Eres consciente de los privilegios que te ha concedido Nuestro Señor?

• ¿Estás dispuesto a entregar a otros las riquezas espirituales que Cristo te ha regalado?

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