2 Corintios 5:18-20 (NVI): 18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios».
La palabra “reconciliar” propiamente denota cambiar, como intercambiar dinero. En las relaciones interpersonales se refiere a cambiar de enemistad a amistad.
Cuando hemos recibimos el llamado a hacer la obra misionera, somos llamados a ejercer el ministerio de la reconciliación.
El ministerio de la reconciliación es el encargo que Dios nos hace para hacer un llamado a los seres humanos que andan perdidos sin EL. Este llamado incluye:
1. RECONCILIAR A OTROS CON DIOS A TRAVÈS DE CRISTO
Como hijos de Dios hemos recibido el perdón de nuestros pecados por medio de Jesucristo, esto nos faculta para motivar a otros a reconocer delante de Dios sus pecados y recibir este mismo privilegio.
Nosotros somos beneficiarios del perdón que no merecíamos, pero que mediante un acto de gracia y amor Dios se hizo hombre, tomó la iniciativa y pagó por nuestros pecados, para hacernos justos.
Mediante su muerte en la cruz Jesús quitó las barreras que impedían que tuviéramos una relación con el Padre, y nos da la oportunidad de acercarnos a Dios, estar en paz con EL y tener una relación más cercana.
Colosenses 1:20 y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. 21 En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. 22 Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte
Este es el mensaje que se nos ha encargado, conducir a las personas al arrepentimiento de sus pecados, para que mediante la fe en Jesucristo, puedan experimentar un nuevo nacimiento.
2. CUMPLIR LA TAREA DE REPRESENTAR A CRISTO
El Apóstol Pablo nos dice en este pasaje que “Somos embajadores de Cristo”, pero que ¿qué es un embajador? Es un agente diplomático de primera clase que representa al Estado, al jefe del Estado y al Gobierno que lo nombra cerca de otro Estado.
El trabajo de un embajador es representar a alguien o algo. Por lo tanto el trabajo de un embajador de Cristo es la de representar al REY DE REYES en todo lo que decimos y hacemos.
1 Pedro 2:11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. 12 Mantengan entre los incrédulos[f] una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.
Tenemos la responsabilidad y el privilegio de establecer buenas relaciones y dejar en alto el nombre de Nuestro Rey.
Como embajadores de Cristo debemos anunciar a la gente que Dios quiere tener una mejor relación con ellos, que los está invitando a través de nosotros para que vengan a Él.
“Dios está en una actitud de reconciliación”.
Este es el mensaje que el mundo necesita escuchar de nosotros, debemos difundir esta invitación con insistencia, perseverancia y tenacidad.
REFLEXIONE:
• ¿Estás conduciendo a las personas a la reconciliación con Dios?
• ¿Eres un buen embajador de Cristo por dónde vas?
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