EL PLAN DE SALVACION – SEGUNDA PARTE
Después de su resurrección, Jesús dedicó tiempo para que sus
discípulos “concientizaran” que el plan se componía de dos
partes bien diferenciadas (Lucas 24: 46-48), y que habiendo El,
completado la primera, les correspondía a ellos llevar a cabo
la segunda. ¡Hay salvación! “Consumado es” ¡Gloria a Dios!
Pero ahora “es necesario” predicar el arrepentimiento y el per-
don de los pecados, en todo el mundo, y “Vosotros sois testigos
de estas cosas” – dijo Jesús a sus discípulos.
¿Quiénes son estos “vosotros” a quienes Jesús les encomendó
esta importantísima “segunda etapa” del plan?
– en primer lugar, son los discípulos que El había llamado
y entrenado durante un largo período de 2 a 3 años …
– son los primeros miembros de la iglesia naciente: la pala-
bra “yo edificaré mi iglesia” comenzaba a cumplirse.
– Incluye a los que “habían de creer en él por la palabra
de ellos”. Entre estos estamos incluídos “nosotros” los
– cristianos actuales que hemos llegado a la salvación
por el testimonio de los descendientes de aquellos discípulos.
Hay salvación, pero hay que anunciarla, proclamarla, comuni-
carla ¡a todos los pueblos de los cinco continentes!
Lo que parece que muchos cristianos nunca han captado, y otros han
perdido de vista, es que esta “segunda parte”, la proclamación de
las buenas nuevas del evangelio, no es un agregado opcional, ni es
algo que se ha dejado librado al azar, es una parte insustituible del
plan de Dios. Desobedecer este mandato, sin duda traerá conse-
cuencias eternas irreparables.
¿Qué valor puede tener el sacrificio de Cristo para millones de
seres humanos que todavía no saben quien es Jesús, que vino a la tierra
para salvarlos, y que para esto, murió en la cruz del Calvario cargando
con el pecado de toda la humanidad?
Andres Robert – Pastor, escritor y conferencista, dedicado a promover la Obra misionera mundial. Autor de los Libros “Conciencia Misionera I y II”
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