SOMOS LA LUZ DEL MUNDO

MATEO 5:14-16 (TLA): Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver.15 Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.

Imaginemos por un momento:

Estás al timón de un barco, regresando de una larga travesía, el mar se encuentra agitado y el horizonte se ve oscuro y negro. La costa al parecer está cerca y, si tus cálculos son exactos, el puerto al que has de conducir tu barco está enfrente de ti, tras la profunda oscuridad.

¿Pero y si no es así y que, si has cometido un error al maniobrar? En tal caso el barco, en vez de dirigirse al puerto, acabará naufragando, impactará contra las rocas y puede que llegue a destruirse.

Miras fijamente en la oscuridad buscando algo que te guíe, que te de la seguridad de llegar a casa sano y salvo. De repente en medio de la densa oscuridad te parece ver una luz, un débil relampagueo, este relampagueo se repite a los pocos segundos y es cada vez más intenso: ya no cabe duda, es un faro, bajo su luz está el puerto al que debes llegar o está al descubierto cualquier peligro que debes evitar.

Un faro es una torre de señalización luminosa situada en el litoral marítimo, como referencia y aviso costero para navegantes. Los faros están coronados por una lámpara potente que sirve como guía, no sólo señalan la entrada de los puertos, sino también las islas, la extremidad de las penínsulas, los bancos (es decir, los puntos en que las aguas son poco profundas), los arrecifes y, en general, todos los obstáculos peligrosos para la navegación.

Teniendo en cuenta esta descripción podemos decir que nosotros somos FAROS ESPIRITUALES en las manos de Dios, que así como los faros marítimos tienen funciones específicas, a nosotros DIOS nos ha llenado de su luz para cumplir sus propósitos:

1. SOMOS LA LUZ DEL MUNDO PARA GUIAR AL MUNDO PERDIDO HACIA DIOS

Dios espera que nosotros marquemos la diferencia en esta sociedad, que irradiemos la verdad de Jesucristo en medio de un mundo perverso y corrupto.

Dios espera que no sólo con nuestras palabras sino con nuestro testimonio guiemos a otros hacía El, que les mostremos el camino para salir de la oscuridad, de las tinieblas en la que se encuentran, para que sus vidas no naufraguen, para que puedan ver el camino correcto, la dirección correcta y puedan llegar a puerto seguro, que son los brazos de Dios, que puedan encontrar el camino hacia su morada eterna que es con Jesús en el cielo.

HECHOS 13: 47 Así nos lo ha mandado el Señor:» “Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”»

Fuente: plenitudencristopa.org

2. SOMOS LA LUZ DEL MUNDO PARA ADVERTIR DEL PELIGRO

Así como los faros son colocados en lugares estratégicos donde hay mucho peligro para las embarcaciones, de la misma manera Dios nos ha colocado en este mundo, para que reconozcamos el peligro espiritual, las asechanzas del enemigo, los engaños del mundo actual y abramos los ojos de los que han sido cegados por el maligno.

Como hijos de Dios y templos del Espíritu Santo tenemos la capacidad de discernir lo que no proviene de Dios, hemos sido capacitados a través de la Palabra de Dios para hablar con autoridad, para defender SU VERDAD, para confrontar a la luz de la Palabra de DIOS al que está equivocado y hacerlo reaccionar, para advertir de los engaños del mundo, la carne y satanás, para dar un consejo sabio en el momento oportuno que puede librar a cualquier persona de caer.

EFESIOS 5: 8-8 Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz 9 (el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad) 10 y comprueben lo que agrada al Señor. 11 No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, 12 porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. 13 Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible, 14 porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».

3. SOMOS LA LUZ DEL MUNDO PARA BRILLAR CONTINUAMENTE

Así como la distancia desde donde puede verse la luz de un faro depende de la potencia de la lámpara, así también sucede con nosotros, nuestro brillo dependerá de cuánto aceite hay en nuestra lámpara, de cómo está nuestra comunión con el Espíritu Santo.

La intensidad de nuestra luz dependerá de la relación que tengamos con Dios, de la búsqueda constante de su presencia y es por ello que debemos anhelar vivir llenos del Espíritu Santo.

Hemos sido escogidos por Dios como instrumentos de su amor, de su misericordia, de su bondad, debemos afectar a los que están alrededor nuestro, que cuando las personas nos miren vean algo diferente, que cuando hablemos escuchen algo diferente, que siempre tengamos una palabra de aliento, una palabra de edificación, una palabra que cambie, que transforme las vidas de los que están cautivos por las tinieblas.

Nuestra lámpara debe estar siempre encendida de la pasión por encontrar a las almas perdidas, buscando continuamente en la oscuridad a las ovejas que deambulan sin pastor para atraerlos hacia JESÚS y aunque no es una tarea fácil, nunca debemos dejar de hacerlo porque no podemos olvidar que la luz que proyectamos no proviene de nosotros, sino que proviene del sol de justicia que es nuestro Dios Todopoderoso.

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Hechos 1:8 (TLA): 8 Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo.

2 Corintios 4:7 (NTV): 7 Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro.[a] Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.

Hemos sido colocados como faros espirituales en medio de este mundo de tinieblas para dar a conocer al Padre, para que el mundo conozca quién es EL, para que las personas se encuentren con EL y puedan darle sentido a sus vidas, para que, así como los marineros encuentran el puerto seguro, las personas puedan llegar a la casa del PADRE que es nuestro refugio eterno, nuestra morada por la eternidad.

Juan 14:2 (NVI): 2 En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar.

Por todo esto, es que no podemos dejar de brillar, no nos podemos esconder, Dios nos necesita para traer luz en estos tiempos difíciles donde la oscuridad y las tinieblas abundan, las personas están confundidas, desorientadas, perdidas, van rumbo al naufragio porque el FARO ESPIRITUAL, que somos nosotros, la iglesia de JESUCRISTO, no está alumbrando lo suficiente y por eso es cada día miles de almas se van rumbo a una eternidad sin JESUS.

Reflexiona:

• ¿ESTÁ TU LÁMPARA ESCONDIDA DEBAJO DE UN CAJÓN?
• ¿TU LUZ ESTÁ ALUMBRANDO CONSTANTEMENTE O NO TIENES SUFICIENTE ACEITE?

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