10 recursos gratuitos

10 Recursos Gratuitos

para desarrollar crecimiento local y movilización misionera en su iglesia.

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1. Libro  “Como iniciar un proceso de crecimiento”

2. Taller gratuito “Como iniciar un proceso de crecimiento”

3. Manual de Lideres de Célula.

4. Libro “La expansion espontanea de la iglesia”

5. Libro Conciencia misionera I

6. Curso Misiones Mundiales.

7. Vamos. Manual interactivo para el misionero.

8. Guia practica para el nuevo misionero.

9.Taller gratuito “Enfocando tu llamado”.

10.Entrenamiento de candidatos a misioneros GRATIS

 

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Movilizacion misionera, LA EXTRAORDINARIA CANTIDAD DE PUEBLOS

LA   EXTRAORDINARIA  CANTIDAD  DE   PUEBLOS

   ¿Cuántos ciudadanos argentinos pueden decir los nombres de  los catorce pueblos indígenas que habitan este suelo?”*  tal fue la pregunta que una investigadora dejó flotando en el preámbulo de un artículo que se publicó en las páginas del diario Clarín hace  algún tiempo. ¿Cuántos argentinos pueden contestar afirmativamente esta pregunta? La escritora demostró en ese escrito que la Argentina occidentalizada y blanca, que en un tiempo mantuvo una relación sumamente violenta con la Argentina indígena, hoy ha cambiado y se ha estancado en una segregación sutil a través del olvido y la negación.

    Según la información que tenemos, todos los grupos indígenas argentinos están siendo asistidos por distintos programas de iglesias y misioneros evangélicos, pero ¿no sería posible aplicar la observación y pregunta citada mas arriba en relación a la ignorancia de los numerosos grupos étnicos dispersos en América y  en los otros continentes? ¿dónde están? ¿cuántos son? ¿cómo viven? ¿ en qué condiciónes?

 

    *  Al pié de la página, en letra más chica, poner los nombres de las 14 etnias principales que hay en

        el suelo argentino.

 

            1.  Tobas                                   6.   Chorotes.                             11.  Chiriguanos.

            2.   Pilagás.                               7.   Guaraníes.                           12.  Dieguitas.

            3.   Mocovíes.                           8.    Chanés.                               13.  Collas.

            4.   Chulupíes.                          9.    Tehuelches.                        14.  Tapietés.

            5.   Wichís.                              10.    Mapuches.                                                  

  

    ¿Qué hizo Pablo y sus compañeros de equipo después que tuvo la visión del varón macedonio y la compartió con sus colaboradores? “Enseguida procuramos partir para Macedonia dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio” (Hechos 16. 9-10). Es casi seguro que nosotros no vamos a recibir una visión como la que recibió el apóstol Pablo, mayormente, porque no la necesitamos, pues actualmente tenemos mapas, planisferios, estadísticas, libros y amplia información sobre el estado y condición de por lo menos 8.000 etnias que esperan escuchar por primera vez, las “buenas noticias”  que nosotros hemos escuchado cincuenta veces, cien veces, algunos durante toda la  vida.

    Jesús sigue diciendo hoy como lo dijo cuando estuvo en la tierra: “Alzad vuestros ojos y mirad – las regiones del mundo –  porque ya están blancas para la siega”. Si levantamos la vista y afinamos nuestro oído vamos a escuchar el llamado de miles de pueblos que con sus apremiantes necesidades materiales y espirituales por medio de uno de sus representantes que bien podemos imaginar nos está rogando como el varón macedonio: “¡Vengan a ayudarnos!”

 

    ¿Dónde están estas etnias, pueblos y tribus necesitadas?

 

    ALGUNOS  MUY  CERCA:

 

            +    En la Argentina, hay centenares de pueblos, en distintas provincias sin                                           

                  una  iglesia evangélica. . .

            +    En  el  Paraguay, pastores comentan  de 500 poblaciones, sin ningún testimonio evangélico . .

            +    En Brasil,  un decreto nacional impide que más de 100 tribus  reciban a los misioneros y que 

                   se   plante entre ellas una iglesia . . .

            +    En las montañas y selvas de Perú, hay tribus que aún no han sido contactadas, por                                       

                   consiguiente ignoran el mensaje de salvación. . .

            +    En Colombia, alrededor de 25 tribus, no tienen todavía una iglesia autóctona

            +    En  República Dominicana, 4000 poblaciones carecen de la más mínima presencia

                   evangélica . . .

            +    En México,  25 de los 129 grupos étnicos que hay en el país, están esperando un misionero…

              

     ALGUNOS   MÁS   LEJOS:

 

            +    Un informe reciente dice que  en España 7000  poblaciones de distintos tamaños   no tienen               

                   ningún  testimonio evangélico. . .

            +    En  Italia hay 30.000 localidades que deben ser evangelizadas. . .

            +    En Portugal,  alrededor de 3.600 poblaciones necesitan de misioneros pioneros.

            +    En  Turquía, hay 50 provincias o condados que  todavía no hay iglesias evangélicas        

                  establecidas . . .

 

 MUCHOS  OTROS,   MÁS    LEJOS   TODAVÍA:

 

            +     En  el norte del África,  numerosos pueblos musulmanes ignoran el evangelio (en                                 

                   Marruecos,  Argelia, Túnez y Libia, está prohibida la actividad  misionera . . .

            +     En el norte de la India, todavía hay 3000 grupos (castas) que deben ser  evangelizados               

                   uno  por uno . . .

            +      En la China, aunque ha habido un gran avivamiento, todavía hay muchas   poblaciones   

                     (pueblos  y ciudades) donde todavía no hay una iglesia evangélica. . .

            +       En Rusia muchos grupos siberianos necesitan todavía un ministerio pionero . . .

            +       En Oceanía, hay todavía grupos muy numerosos e islas no evangelizadas  en Indonesia y

                     Filipinas . . .

 

Autor: Andres Robert                                                                   

Movilizacion misionera , C O M O V E J E S Ú S A L A S M U L T I T U D E S A C T U A L E S

C O M O    V  E    J E S Ú S      A      L A S    M U L T I T U D E S    A C T U A L E S   

 

   El profeta Isaías dice que  “la mano del Señor no se ha acortado para salvar, ni se ha agravado su oído para oír” (Isaías 59. 1). Nos preguntamos: ¿Qué pasará con sus ojos? ¿Se habrán nublado de tal modo que no pueda ver como están las multitudes de nuestro tiempo? Sabemos que “Jesucristo es el mismo, ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13. 8). Y que Él no ha cambiado ni su carácter ni su compasión (Malaquías 3. 6). El salmista nos asegura que “sus ojos ven y sus párpados examinan a los hijos de los hombres” (Salmo 11. 4). Entonces ¿qué pensará y que sentirá al observar el estado y la condición espiritual en que se encuentran las numerosas comunidades de nuestro tiempo que se debaten en la violencia, la idolatría y la esclavitud del pecado?

    Seguramente que tal como se lo dijo a Pablo cuando lo llamó para que formara  parte de su Reino  y le anticipó el ministerio misionero que quería que cumpliera (Hechos 26. 16-18),  el sigue viendo a los seres humanos “enceguecidos” y engañados por el dios de este siglo. Los ve como incapaces de conocer al Dios verdadero, de reconocer su culpabilidad  y menos aun de ver la necesidad de confiar en Cristo como su Salvador. Sin duda que los ve descendiendo a la eternidad por el “camino ancho” y equivocado, y anhela que “se conviertan de las tinieblas a la luz”.  Las ve esclavizadas por Satanás y desea que sean libertadas por el poder del evangelio. Las ve cargando con el peso de la culpabilidad, y puesto que Él murió por los pecados de todos para que puedan ser perdonados, anhela que se les comunique esa buena noticia. Sí, las ve desheredadas de la vida eterna y quiere compartir con ellas su maravillosa herencia. Él sigue viendo la dura realidad de miles de pueblos, etnias y tribus que suman millones, viven  sin esperanza y  desconocen el remedio y la solución que Dios ha provisto para sus males.

 

    Las desviaciones  y las profundidades del mal a las cuales conduce el pecado son imposibles de medir y aun describir. Los misioneros cuentan de:

 

         +    Muchos budistas que viven con un miedo contínuo a sus ancestros . . .

         +    Millares de hindúes  esclavos del temor a sus dioses ,  procuran aplacar sus 

               sus  enojos con cantos, rituales y sacrificios . . .

      +       Otros rinden adoración a los animales sagrados . . .

      +       En casi todas sus religiones domina y prevalece el temor a la muerte . . .

      +       Oran y claman a dioses de madera y de piedra que no oyen y por lo tanto                                        

               no contestan sus plegarias . . .

      +       Algunos se cortan las carnes y caminan por el fuego para ganar la simpatía  de los                                                                                                      m            malos espíritus, a fin de que no los atormenten . . .

      +       En muchos pueblos, cuando nacen mellizos o gemelos uno de ellos debe morir . . .                                         

      +       En las costas occidentales del África criaturas son dejadas en la playa para  que cuando suba la            la marea, las lleve como ofrenda a los dioses del mar . . .

 

   Es interminable la lista de prácticas basadas en los prejuicios, la ignorancia y las insinuaciones  de los espíritus malignos. ¡La condición moral, espiritual y física de miles de pueblos inalcanzados es indescriptible! El Señor los está observando desde el cielo con la misma compasión y dolor que sentía cuando estaba aquí en la tierra. La pregunta que debemos hacernos es ésta: El cuerpo de Cristo, que es la iglesia ¿siente el mismo dolor y preocupación que siente la Cabeza? ¿Cuántas iglesias conocen la desesperante condición de estas miles de comunidades inalcanzadas y están haciendo algo para llegar hasta ellas con el remedio infalible del evangelio de Cristo? El Salvador desea canalizar su amor y compasión a través de su cuerpo, la iglesia.  ¿Qué siente el lector, como discípulo de Cristo, al pensar y meditar en este cuadro de la humanidad necesitada que suma multitudes?

 

Autor: Andres Robert                                                                   

 

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Movilizacion misionera, L O S D I S C Í P U L O S Y L A S M U L T I T U D E S

L O S    D I S C Í P U L O S   Y   L A S    M U L T I T U D E S

   Pero la actitud de los discípulos de Jesús frente a este desafío, tal como se ve en los evangelios presenta un vivo contraste con la de su Maestro y queda bien reflejada en el siguiente episodio.

   El más grande milagro que Jesús realizó, fue indudablemente aquel en el  cual, usando los cinco panes y dos peces alimentó a 5000 hombres, más las mujeres y los niños que los acompañaban (Mateo 14. 14-21).  Este es el único milagro que está registrado en los cuatro evangelios, dato que destaca la importancia que tenía para Dios, y que debiera tenerla también para nosotros. Muchos misioneros tienen razón cuando usan este relato para ilustrar la evangelización del mundo. Probablemente esa fue una de las razones por la cual se repite cuatro veces, puesto que distribuir el Pan de Vida a las multitudes hambrientas del mundo es la verdadera misión de la Iglesia y la actividad y la meta de todo misionero genuino.

 

    Sin embargo, la narración también deja ver que los discípulos, a esta altura de su ministerio,  tenían opiniones y sentimientos muy distintos sobre lo que se debía hacer con la gran cantidad de gente allí reunida. Se advierte una clara diferencia entre el sentir de Jesús que “tuvo compasión de ellos” y el de los discípulos que intentaron desentenderse de la situación. El relato deja traslucir que ellos sentían que podían intentar un procedimiento diferente. Observemos algunos detalles:

 

          +      “Anochecía”    fuerte tentación para regresar pronto a casa  . . .

          +      “el lugar es desierto”    no hay recursos a mano  . . .

          +      “la hora ya avanzada”    ya hemos cumplido el horario de trabajo . . .

          +      “despide la multitud”    algo así como “Señor tengamos una oración para

                   terminar, y concluyamos la tarea de este día” . . .

          +      “que vayan por las aldeas y compren de comer” – que se arreglen como

                  puedan  . . . (una de las pocas ocasiones en que los discípulos intentaron

                  enseñarle a Jesús lo que tenía que hacer).

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            ípulos y estos lo entregaron a cada uno de los presentes. Resultado: ¡Lo que parecía imposible fue hecho posible! La multitud comió, se sació y se fue satisfecha.

    Jesús tenía clara la visión, los discípulos todavía no. El tenía el deseo y la entrega indispensable para alcanzar las multitudes, pero además quería que sus discípulos participaran de ese mismo sentir. La experiencia de ese día parece mostrar que todavía estaban lejos de experimentarlo. Esta tendencia a esquivar las necesidades de otros, ya sea de individuos, familias, pueblos o grupos humanos, no es nueva. Forma parte intrínseca  de la disposición egoísta que todos traemos al mundo por naturaleza, y bajo distintas circunstancias y razones, se expresa de diferentes maneras.

    La costumbre de dejar para mañana, o para el año que viene, o para otras personas, lo que debiera hacerse hoy, es muy humana, pero lamentablemente  – en relación con la evangelización del mundo – ha sido y es sin duda causante de injustificables demoras por la cual muchos que deberían haber oído las buenas noticias de la salvación, han pasado por este mundo sin haberlas escuchado jamás.

 

Autor: Andres Robert    

 

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Movilizacion misionera , EL DESCONOCIMIENTO DE LAS MULTITUDES

Movilizacion misionera , EL DESCONOCIMIENTO DE LAS  MULTITUDES

                                                                   “. . .   LA   MIES   ES   MUCHA   . . .”

                                                                                                             Jesús.

 

                                                                    “Y al ver las multitudes, tuvo compasión

                                                                    de ellas . . .”

                                                                                                            Jesús.

 

           “Tener el conocimiento de Cristo nos impone

                                                                     el deber ineludible de compartir ese co-

                                                                    nocimiento con todos los hombres sin demo-

                                                                    ra. Retenerlo es un crimen de infinita mag-

                                                                    nitud contra esa gran porción de la raza hu-

                                                                    mana que todavía está en la obscuridad”                                                                                                                                            

                                                                                                         J.  O.  Sanders.

 

                                                                    “La ignorancia es clásica enemiga del cono-

                                                                    cimiento, porque lo que no se sabe,   no

                                                                    existe”

                                                                                                             Clarín   27/11/88.

 

 

   Jesús, como el misionero    1,  vino a este mundo a “buscar y a salvar lo que se había perdido” y para cumplir con esa misión, entre otras muchas cosas que hizo, debió enfrentarse con las multitudes necesitadas.  Después de haber vivido sus primeros treinta años de preparación, después de bautizarse y recibir la unción del Espíritu Santo, habiendo vencido a su fiero  enemigo y tentador en el desierto, decididamente comenzó a predicar el evangelio e invitar a sus contemporáneos a entrar “en el reino de Dios”.

 Mateo relata que recorría toda la provincia de Galilea y estaba en contacto con “mucha gente” que provenía de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán. El Sermón del Monte – Mateo 5 – 7    fue pronunciado “viendo la multitud”,  y en una de las citas que encabeza este capítulo, lo encontramos nuevamente con “la visión” de la multitud de seres humanos que lo rodeaban.

 

                                           J E S Ú S     Y    L A S    M U L T I T U D E S.

 

   ¿Qué sentía Jesús al contemplar las multitudes de su tiempo? Él podía apreciar sus profundas necesidades, y la compasión brotaba de su corazón. No se equivocaba al considerar las condiciones materiales y espirituales en que se encontraban. Las veía  “desamparadas y dispersas (“cansadas y abatidas” – traduce otra versión) como ovejas que no tienen pastor”. En otras palabras, a punto de ser devoradas por los lobos de la maldad y el error. Esta descripción parece un eco de lo que Dios expresa en Proverbios 24. 11 donde dice  “libra a los que son llevados a la muerte . . . salva a los que están en peligro de muerte”.  Detrás de esta expresión se ha imaginado que estos que son llevados a la muerte podrían ser comparados con los animales que en un matadero van en fila por un estrecho pasillo al final del cual los espera un afilado cuchillo, y en un instante más, la muerte . . .  ¡Mueren  “sin sospechar” que iban a morir!  A semejanza de esos animales que ignoran por completo el destino que les espera hay multitudes de hombres y mujeres hoy que se dirigen lentamente a la eternidad totalmente inconscientes de que les espera la muerte y perdición eterna. ¿Podría ser este cuadro más dramático, más triste y más doloroso?

 

Autor: Andres Robert

 

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Movilizacion misionera, LA PROBLEMÁTICA MISIONERA EN LA IGLESIA LOCAL

Movilizacion misionera, LA PROBLEMÁTICA MISIONERA EN LA IGLESIA LOCAL

     La  problemática de Misiones, mínima, básica y fundamental en lo que tiene que ver con la iglesia local,  no es muy compleja ni difícil de entender.  La porción bíblica que sigue a continuación ofrece  un cuadro, una definición y una síntesis  casi perfecta:

 

                         “. . .  Al ver las  MULTITUDES, tuvo compasión

                         de ellas . . .  Entonces dijo a sus discípulos . . .

                         Rogad al Señor de la mies que envíe OBREROS

                          . . .  Llamando a sus doce discípulos les dio auto-

                          ridad . . . A estos doce  ENVIÓ  Jesús . . . El obre-

                          ro es digno de su ALIMENTO (salario – Lucas 10. 7)

                          (Mateo 9. 36 – 10.10).

 

   Lea de nuevo las palabras destacadas en mayúsculas. ¿Cuáles son los elementos que se observan  en este cuadro de la realidad misionera del tiempo de Cristo, y que siguen estando presentes en nuestro día?

 

          +   La existencia de  MULTITUDES,  hambrientas  de amor,  compasión,

                 atención,  ayuda,   e  ignorantes de la  salvación . . .

 

          +  La necesidad de OBREROS  suficientes para suplir las necesidades

                de miles de pueblos y etnias inalcanzadas . . .

 

          +   Alguien  . . .  iglesias, agencias, instituciones,  que bajo la dirección

                divina puedan capacitar y  ENVIAR  a los misioneros a cumplir su

                misión . . .

 

          +   La provisión de los RECURSOS que los obreros enviados necesitan

                para vivir y servir en los campos misioneros  . . .

 

 

   Actualmente, habiéndose concluído los que sin duda han sido los dos siglos en que más se ha intensificado el accionar misionero, este esquema de necesidad permanece intacto y sin modificaciones. Dondequiera que  vamos promocionando misiones, ya sea en iglesias locales, concentraciones, congresos, etc.  estos cuatro rubros aparecen permanentes e inalterables.

 

    Precisamos una nueva aplicación del “colirio celestial” para ver las multitudes tal  como Jesús las ve. Es urgente la convocación de miles de obreros. Es preciso que las iglesias asuman y cumplan la función de formar y enviar hombres y mujeres capacitados a los campos blancos. Es mas que necesario descubrir, señalar y reconocer dónde están los abundantes recursos provistos por Dios, destinados para sostener con dignidad y seriedad a los que  van a completar la evangelización mundial.

 

    Seguramente  hay otros aspectos  que se deben afrontar, pero los que acabamos de citar son el A, B, y C  de la empresa.  Afectan dinámicamente a las iglesias, a cada creyente individual, a  los misioneros, y por sobre todo a los miles de seres humanos que perecerán  si no les damos a conocer la verdad del evangelio que nos ha sido confiada.

 

    Está al alcance de nosotros como pueblo de Dios encarar y modificar estos  cuatro elementos que acabamos de nombrar, y si muchas iglesias lo hacen, un cambio notorio se producirá, y no estaremos haciendo otra cosa que obedeciendo  las órdenes de Aquel que nos dijo:

“Id  . . .  haced discípulos . . .  ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO”.

    En los próximos capítulos nos proponemos pensar juntos sobre estos cuatro temas que consideramos son claves para el cumplimiento de nuestra misión.

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